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Pterophyllum scalare (Pez Ángel – Escalar)

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Es un pez amazónico pertenece a la familia de los cichlidae, suele habitar en aguas ácidas o neutras, blandas y en lugares con poca corriente de la Cuenca del Amazonas y ríos adyacentes, aunque se han descubierto grupos de individuos de distintas edades en zonas de aguas más rápidas. Suelen preferir zonas con muchos troncos, piedras o vegetación, lugares dónde se esconden con rapidez a la menor señal de peligro.

El Escalar tiene un cuerpo aplanado lateralmente, redondeado en su contorno, con las aletas anal y dorsal mucho más desarrolladas que el resto en cualquiera de sus variedades y las ventrales casi filiformes se prolongan longitudinalmente casi hasta la misma altura de la aleta anal. Hoy en día casi todos los que encontramos en las tiendas son híbridos criados en cautividad, con lo que encontramos muy distintas variedades, tanto en color como en formas, pueden llegar a medir aproximadamente 12/15cm de largo, pero su altura es mayor; dependiendo del tipo de sus aletas puede ser de más de 20/22cm.

Es aconsejable un mínimo de 30/40 litros por ejemplar adulto, ya que no debemos olvidar que son cíclidos y como otros de su familia, territoriales. Les gustan de zonas tranquilas, muy bien plantadas, con troncos para poder esconderse. Debemos tener en cuenta que los escalares son unos peces muy altos en comparación con su tamaño longitudinal y necesitan más espacio a lo alto en los acuarios ya que les gusta desplazarse también en sentido vertical. Debemos dejar grandes espacios libres para favorecer estas costumbres y permitirles nadar libremente. El agua tedra como valores recomendables un Ph entre 6,0 y 7,2 ; aguas blandas, hasta un Gh 10 máximo si queremos reproducirlo, la temperatura sera de entre 24ºC-28ºC, para la cría deberemos subirla hasta los 30º.

Las diferencias entre sexos son sólo evidentes cuando se hayan en época de reproducción cercana a la puesta, antes de ésta, cuando la hembra se encuentra preparada para comenzar a desovar muestra su aparato reproductor, de color rosado, redondo, como de un milímetro de grosor, una vez la hembra comienza a desovar el macho también descubre su espermiducto, más pequeño y terminado en punta.

Son básicamente omnívoros y muy voraces, comen casi cualquier cosa. Les encanta el alimento vivo, pero aceptan de buen grado el seco o las escamas también alimentos congelados, si decidimos hacerles papilla debemos tener en cuenta añadir más pescado y eliminar la carne, no olvidar darles un complemento vegetal en su dieta.

Pez gregario y territorial, por lo que debemos mantenerlo en grupos de mínimo 4-5 miembros, igualmente debemos tener en cuenta que todos sean del mismo tamaño, ya que sino los más pequeños pueden ser acosados hasta morir de inanición o estrés. Aunque es bastante pacífico con el resto de compañeros del acuario comunitario debemos tener en cuenta que cualquier pez de pequeño será considerado como comida, por lo que no es aconsejable mantenerle con neones, cardenales o similares, a no ser que hayan convivido desde muy jóvenes ya que se adaptan; aunque no sería de extrañar que, un día, siendo adultos, falte algún neón y no le encontremos por ningún sitio.

PTEROPHYLLUM SCALARE 1 TarracoGoldfish

Ellos establecerán sus jerarquías y tendrán pequeños enfrentamientos que no serán importantes excepto en época de reproducción; en la que, si el espacio es muy ajustado podemos tener que llegar a separar a la pareja reproductora para evitar enfrentamientos duros con el resto de compañeros y habitantes del acuario. Normalmente los primeros indicios de que se ha formado una pareja en nuestro acuario es que dos peces, que hasta ese momento estaban perfectamente integrados en el grupo, se vuelven ariscos con el resto; suelen elegir una parte del acuario y comienzan a limpiarla, al mismo tiempo que mantienen alejados al resto de habitantes, poco a poco ese “echar fuera” es más visible y agresivo, aunque por norma sea el macho el dominante, en ocasiones lo es la hembra, por lo tanto veremos que un miembro de la pareja es el que se ocupa con mayor ahínco de mantener lejos de su territorio al resto, mientras el otro se dedica a limpiar un lugar determinado para luego proceder a la puesta.

Es en ese momento, como muy tarde, cuando debemos separar a la pareja si queremos que la puesta tenga éxito. Ya que, una puesta en un comunitario no llegará a buen término, aunque los padres se ocupen bien de ella el resto de ocupantes intentarán por todos los medios acabar con los huevos primero y con los alevines después. Éstos son defendidos por los padres si bien es cierto, que en casos de progenitores inexpertos o de carácter nervioso, lo más habitual es que los propios padres se coman la puesta al verse incapaces de atenderla. Se dice que para que, aunque los escalares son unos padres abnegados, les cuesta bastante aprender y suele ser a partir de varias puestas, cuando son capaces de sacar a los alevines adelante, siempre, por supuesto, que los coloquemos en un acuario de cría.

En este acuario veremos como la hembra empieza a dar pasadas por el lugar elegido dejando huevos a su paso, déspues será el macho el que empiece a fecundar los huevos y así transcurrirán los minutos, pasadas de la hembra, pasadas del macho… la cantidad de la puesta suele variar entre los 200-800 huevos; una vez terminado se ocuparán de ventilar adecuadamente los huevos e ir eliminando aquellos que mueran; esto se ve en que se vuelven blancos, si los padres no quitan esos huevos debemos ocuparnos nosotros, ya que sino se malogrará la puesta al contagiarse los hongos al resto de huevos. Aproximadamente 3 días más tarde nacerán los alevines, nos daremos cuenta porque seguramente desaparezcan del lugar de desove y pensemos que no queda nada, pero si buscamos adecuadamente acabaremos encontrándolos en el mismo lugar en que estén los padres. Estos cambios de lugar son bastante habituales. En estos primeros días no es necesario alimentarlos, aún consumen el saco vitelino que les durará unos 5 días más y comenzarán la natación libre. Es entonces cuando debemos tener Artemia preparada para empezar a darles de comer.